31 de marzo de 2010

Bla-Bla-bla

DE El Periódico Extremadura:

''Desde Caja Extremadura se informó ayer en un comunicado que el Consejo de Administración había acordado por unanimidad participar en los grupos de trabajo constituidos con la finalidad de avanzar en la consecución de un proyecto de integración de varias cajas de ahorros, que está previsto se estructure en torno a un SIP".

¡Cachis con Caja Extremadura...! Eso es hablar en román paladino. Y sin siquiera una pausa para respirar... ¿Se animará alguien a pedir el ingreso de su presidente en la RAE?

27 de marzo de 2010

Hablar escurriendo el bulto

LO MÍNIMO que puede pedírsele a un político es que hable claro, sin rodeos y de forma que todos podamos entenderlo. Eso no siempre sucede con Zapatero, por ejemplo, que suele alargar su discurso con latiguillos y frases vacías, mientras con gestos excesivos intenta dotar a sus palabras de la firmeza de la que por sí mismas carecen. Caso bien contrario, por cierto, al de su compañero Rubalcaba, con el que se podrá estar o no de acuerdo, pero al que hay que reconocer una envidiable capacidad para la dialéctica y la precisión (en la última entrevista en que lo vi corrigió al periodista que le atribuyó una marca de 11 segundos, en su época joven, en los 100 metros lisos porque –dijo– habían sido 10 segundos y 9 décimas). Habla claramente, no se corta, si no puede responder a algo lo reconoce y, con ironía, pone los puntos sobre las íes que lo requieran.

Pero quien me provoca estas líneas no es el presidente del Gobierno, sino el mal llamado (pues no encabeza a todos los que no son del PSOE) “líder de la oposición”. Y más concretamente, lo dicho por éste tras las peripecias judiciales del ex presidente balear, Jaume Matas, al que se acusa de haberse lucrado a costa del erario público. Interrogado Rajoy al respecto, se limitó a manifestar su deseo de apartar de la política a quienes “se demuestre que no han hecho las cosas bien”. ¡Qué gracioso! No. No se trata de no haber hecho las cosas bien, pues eso nos puede ocurrir a todos sin que por ello seamos ladrones. Lo que se le imputa al señor Matas no es haber hecho mal algo que podría haber hecho mejor. No. Lo que se le imputa es haber hecho algo intrínsecamente malo: haber delinquido, haber robado. Por eso, el lenguaje ambiguo de Rajoy, su forma de escurrir el bulto, evidencian su poco coraje para encarar los problemas de corrupción que afectan a su partido. Allá él.

¿Y sobre Mayor Oreja, dirán ustedes? Pues nada, mejor no hablar de ciencias en las que uno es profano. Y menos de una, la psiquiatría, cuyo terreno es tan resbaladizo.

20 de marzo de 2010

Si él cortado, yo con leche

CUANDO, en los años de la Transición, se organizó el llamado Estado de las Autonomías, hubo quien acuñó aquel lema del café para todos. Fue una hábil manera, aunque no creo que de efectos perennes, de dar satisfacción a reivindicaciones históricas de Cataluña, el País Vasco y –en menor medida– Galicia, procurando que ningún otro territorio se sintiera discriminado. Se dibujó un mapa de España de diecisiete colores, aunque ya entonces el arco iris constara solo de siete.

Que aquella política fue beneficiosa para la sociedad española parece fuera de duda, y si alguna cupiera ya habría quien se encargase de despejarla, pero también trajo consecuencias indeseadas: proliferación del funcionariado, aprobación en términos casi idénticos de diferentes leyes en cada territorio, creación de cargos públicos de dudosa necesidad, etcétera.

En los últimos días se están produciendo circunstancias que debieran hacernos meditar sobre la conveniencia de unificar criterios aquí y allá en dos aspectos básicos de las llamadas políticas sociales: el de la sanidad y el de la educación.

En cuanto al primero, el ministerio analiza medidas para reducir el gasto sanitario, cuyo déficit es de casi 15.000 millones de euros. Una de ellas, y no la menos importante, es la de crear “una central de compras entre las autonomías para obtener mejores precios de la industria de consumibles”. ¿Habrá quien se oponga a algo tan razonable?

En lo que se refiere al otro asunto, el ministro Gabilondo se esfuerza en alcanzar un pacto en pro de un sistema educativo inmune al virus del vaivén que atacó a los anteriores y al que pueda augurársele larga vida. Ojalá se llegue al acuerdo, pero, hasta entonces ¿tiene sentido que Extremadura, por ejemplo, elabore una ley autonómica que acaso habría que modificar si el pacto propuesto por el ministerio llegase a buen puerto?

Nuestra identidad regional no se va a ver afectada por gestos de austeridad como los anunciados para el Día de Extremadura (sé de alguno que no va a llorar por la supresión del espectáculo), pero tampoco lo sería si su defensa no se hiciera a costa de pedirlo cortado (el café, digo) única y exclusivamente porque el vecino lo haya pedido con leche.

13 de marzo de 2010

Existe el diablo: se llama Chávez

MIENTRAS un teniente coronel decimonónico de la Guardia Civil ocupaba a tiro limpio hace 29 años el Congreso de los Diputados y uno de sus subordinados emitía el zafio “se sienten, coño”, que constituyó su mejor retrato, el entonces secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, manifestaba cínicamente que se trataba de un asunto interno de los españoles. Pero no llegó al punto de reconocer la legitimidad de los golpistas. Imposible hacerlo y, al tiempo, respetar nuestro sistema democrático.

En abril de 2002 se produjo un golpe de Estado en Venezuela contra su presidente constitucional, Hugo Chávez. Militares rebeldes instalaron por unas horas un títere en la presidencia. Fueron muy pocos los gobiernos que lo reconocieron como legítimo. Entre ellos, el de Aznar. Como se sabe, el golpe terminó fracasando y Chávez volvió a su lugar.

Eso por un lado. Por otro, una de las acepciones del DRAE para el término mafia es la de “grupo organizado que trata de defender sus intereses”. Esa definición está plenamente vigente: ¿qué sino una mafia es, por ejemplo, la constituida por los socios del caso Gürtel?

En estos días, un juez que fue director general de Justicia de la Comunidad Valenciana cuando su presidente, Zaplana, recibió con los máximos honores al número dos de las FARC, hace insinuaciones contra el Gobierno venezolano en relación a esa organización y a ETA, a lo que su canciller responde hablando de montaje creado por la “mafia de Aznar”. ¿Unas palabras insensatas, fruto del resentimiento por el apoyo del PP a los golpistas? Quizá, pero no reprochables gramaticalmente ni porque desmerezcan en su vaguedad de las del polémico juez.

Era previsible que Rajoy gesticulara histriónico por tales manifestaciones, pero lo triste no es eso, sino que el PSOE temple gaitas al respecto, defendiendo al ex presidente patrióticamente. Ello confirma, como en otros casos, una falta de criterio propio por la que si alguien debiera pasarle factura en su día no habría de ser el electorado de derechas.


Esta columna también puede leerse en El Periódico Extremadura: Existe el diablo: se llama Chávez

6 de marzo de 2010

Los pobres no se arruinan

NO RECUERDO haber vivido nunca una época como la actual, en la que las informaciones estadísticas referidas a asuntos económicos hayan estado tan presentes en la sociedad... y a la vez hayan sido tan manipuladas, en el sentido más peyorativo del término.

Los medios de comunicación nos abruman con cifras y cifras pero –convendrá decirlo una vez más– nunca seremos excesivamente cautelosos ante ellas, pues raramente se nos ofrecen desnudas, sino vestidas con los ropajes, las apreciaciones interesadas de quienes las analizan.

Se nos dice, por ejemplo, que aunque el censo de parados en España aumentara en el pasado mes de febrero en más de 80.000 personas, ello tiene un aspecto positivo, pues en igual mes de 2009 el incremento fue el doble. ¡Fantástico! Y de seguir así, por llevar el razonamiento al absurdo para hacer ver la falacia que contiene, cuando todo el mundo estuviera sin empleo no quedaría nadie para apuntarse a las listas del INEM. Muerto el perro, se acabó la rabia, que diría el castizo.
Otra muestra –ésta cercana a nosotros– de cómo se manejan sesgadamente las informaciones la constituye el que se considere un mal menor que Extremadura haya sido, con la excepción de Ceuta y Melilla, la región española en que menos se contrajo en 2009 la economía. Sólo un 2,09%. Pero si se profundiza en la información, se constata que tal mérito fue debido a la insignificancia de nuestro sector industrial. No parece que ello constituya un motivo de satisfacción.

Pensará el lector que se trata de ejemplos aislados, pero ilustran sobre la necesidad –como aconsejaban los viejos maestros– de leer con espíritu crítico la letra pequeña de lo que dicen la voz y la pluma de quienes, antes que asumir la responsabilidad que les cabe en el desastre –responsabilidad actual o pasada–, defienden como gato panza arriba sus posiciones: ideológicas o, de ser cierto lo que se oye en la calle, las que proporcionan los confortables sillones en que se hallan instalados o en los que quieren instalarse.

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Este post también puede leerse en El Periódico Extremadura
Los pobres no se arruinan (06/03/2010)