14 de septiembre de 2014

Se les atraganta Cataluña

HAY muchas formas de tomar partido ante el que podríamos llamar caso catalán (o sea: el reconocimiento o no del derecho de autodeterminación de los pueblos), pero pocas me han parecido tan miserables como la que hoy exhibe una colaboradora habitual del periódico Extremadura; aunque, eso sí, quizás porque algo de pudor le quede a la señora, atribuyendo el dislate a ciertos “amigos” no identificados. (Puede leerse la columna aquí).
 



Consiste la cosa, en resumen, en asegurar que el proceso en ciernes se debe exclusivamente a la intención de los implicados en casos de corrupción en Cataluña de poder eludir la acción de la Justicia española una vez se hubiera conseguido la independencia. Lo que digan los libros de historia, cuál sea la causa por la que viera la luz ese engendro del “Estado de las Autonomías”, que cientos de miles o millones, da igual, de catalanes, dieran el otro día un ejemplo de civismo y moderación, eso no cuenta. Todo es obra de unos delincuentes a los que no importa poner en riesgo la sagrada unidad de la patria en aras de su exclusivo beneficio.

La articulista no soporta la gigantesca V del once de septiembre. Y termina su exabrupto en plena bacanal: “esa V rojigualda barcelonesa no es para nada la V de votar, ni mucho menos la de victoria. Es la V de venganza. La V de vesania. La V de vergüenza”.

Esto es la España eterna, la de Isabel con la camisa hedionda, la Una, Grande y Libre. ¿Qué te habías creído, amigo lector?