9 de julio de 2011

La derecha no ha sido parada

Hay dos aspectos del reciente debate de investidura en la Asamblea de Extremadura que, al margen de su previsto desenlace, me parece importante destacar. Dos aspectos que no se refieren tanto a compromisos concretos formulados por quienes participaron en la discusión como a las visiones que algunos de nuestros diputados tienen de ciertos conceptos asociados a la actividad política.

El primero es el que expuso inicialmente Monago en su intervención del martes y, luego, el poco sutil portavoz del Partido Popular, cuando descartaron la prevalencia de una mentalidad de derechas o izquierdas en la sociedad extremeña. Una única y relativa victoria electoral en décadas, y en circunstancias económicas tan difíciles como las actuales, no debiera conducirlos a esa conclusión. Pese a los innegables deseos de renovación en nuestra región, pese a los excesos que años de mayoría absoluta hayan propiciado, no puede olvidarse que fueron más quienes el pasado día 22 de mayo votaron a PSOE e IU que quienes lo hicieron al PP. Que la izquierda había vencido o, al menos, que la derecha había sido parada, fue la idea con la que todo el mundo se fue a la cama en la noche electoral.



El segundo asunto que me pareció remarcable fue la repetida apelación del portavoz del Partido Popular a la libertad de expresión propia de su tribuna para decir lo que le apeteciera, viniera o no a cuento, respetara o no las reglas de un debate en que, si había que examinar a alguien, no era a Fernández Vara, sino al candidato a presidente. No dudo que este belicoso diputado, de haber nacido cuando en España no existía esa libertad, habría luchando enconadamente por ella, como tantos veteranos de su partido, pero parece recurso de mal orador invocarla para justificar modos más propios de otros lugares que de aquel en que él se hallaba.

Una nota final: Muchos apreciamos pesadumbre en dos diputados de Izquierda Unida cuando manifestaron su abstención en la investidura de Monago. ¿Por qué no votaron en contra, aunque hubieran hecho lo mismo con una hipotética y posterior candidatura de Vara? Si su postura ya les debía resultar a ellos mismos difícil, después de oír al portavoz del PP les debió resultar indigerible. Muchos de sus votantes seguimos sin comprender una decisión que ha dado a nuestras papeletas un sentido absolutamente contrario al que pretendíamos.