10 de diciembre de 2010

Pisa no está en Extremadura

EN EFECTO, la ciudad de la bellísima torre inclinada no está en nuestra tierra. Pero ahora sabemos que tampoco encontraremos Extremadura en PISA, el amplísimo y detallado informe (más de mil páginas de tablas, gráficos y análisis) que «ofrece resultados globales y niveles de rendimiento» sobre tres competencias básicas de los escolares de 67 países de todo el mundo y «evalúa la equidad del sistema educativo y permite un análisis de tendencias desde el año 2000». Como es sabido, los resultados de ese estudio han mostrado de nuevo que los escolares españoles se hallan claramente por debajo de la media del resto de sus colegas en los aspectos mencionados (comprensión lectora, matemáticas y ciencias) y que son escasísimos los que se sitúan en el nivel de excelencia.


La muestra española ha estado formada por 27.000 alumnos de Secundaria de casi mil centros educativos de todo el país, «aunque para analizar mejor la situación específica de algunas Comunidades Autónomas, catorce de ellas han decidido voluntariamente aumentar la muestra participante», según ha indicado de forma muy diplomática el Ministerio de Educación.

Esas muestras de tamaño estadísticamente significativo de las catorce Comunidades permiten establecer diferencias entre la situación de sus respectivos escolares, por lo que es de suponer que donde los resultados hayan sido más bajos se adoptarán medidas para mejorarlos en el futuro. Participar en un estudio tan amplio y riguroso como este, realizado por una organización independiente, desprovisto de todo sesgo de carácter partidista, parece obligado para obtener un diagnóstico lo más acertado posible de la situación educativa en este o aquel lugar, establecer las comparaciones oportunas y, en su caso, intentar corregir las deficiencias que se observen.

Pues bien, tres Comunidades Autónomas se han negado a proporcionar una muestra «ampliada» de sus escolares, por lo que tales comunidades no aparecen en la parte del Informe referente a España. Se trata, lo recuerdo, de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Extremadura. Que el lector saque las conclusiones que considere más oportunas al respecto. La de temer que los resultados, en relación con otras regiones, hubieran evidenciado el fracaso de un sistema plagado de retórica y de partidas presupuestarias que podrían tener mejor destino que el actual es, en nuestro caso, una de las más probables.