15 de mayo de 2010

Constatación de lo evidente

NO PRETENDO ser original en estas líneas. Imposible serlo cuando a diestro y siniestro, desde hace días, en radios y televisiones, en periódicos y sitios de Internet, el tsunami de opiniones sobre las decisiones adoptadas por el Gobierno para hacer frente a la crítica situación económica es de tal envergadura que apenas si da tiempo a leerlas, a escucharlas todas.

Imposible ser original si se trata de opinar sobre el cambio de rumbo de Zapatero y los suyos; si se trata de juzgar el incumplimiento hoy de pactos cuya vigencia se defendía hasta ayer mismo, con el gravísimo precedente que ello supone, con el aumento de la desconfianza en los políticos que ello trae consigo. Menos posible aún si se trata de enjuiciar la actitud de una oposición que parece regocijarse con el cumplimiento de los peores vaticinios, que se queda sin argumentos cuando otros hacen lo que ella demandaba. Que, bajo un gesto de apariencia compungida, es incapaz de disimular la alegría que le produce que esos sindicatos a los que tanto denosta convoquen una huelga.

No se puede ser original cuando tantos ya han pedido que, en situaciones como la presente, organismos públicos de dudosa necesidad prescindan de asesores fantasmales o que ciertos ayuntamientos apenas distintos de agencias de representaciones artísticas se olviden de costosas obras que, si en época de bonanza eran discutibles, ahora resultan indefendibles. Que dejen para mejor ocasión reformas urbanísticas cuyo desmedido coste nadie, salvo ellos, considera compatible con el inusitado recorte de salarios y pensiones que dice justificarse en la necesidad de ahorrar fondos públicos.

No se puede ser original al constatar el desprestigio de los partidos políticos cuando el máximo dirigente extremeño ha manifestado que, al tomar medidas tan duras, el Gobierno ha antepuesto los intereses de España a los del partido que lo sustenta, como si, de no ser obvio tal desprestigio, no hubiera sido lógico pensar que tales intereses eran siempre coincidentes.