'El Periódico Extremadura', 13.06.2012 |
De otro carácter es la consideración de si la propuesta obedece al convencimiento de que 45 diputados podrían realizar sin merma de la tarea legislativa el trabajo que ahora realizan 65 o si más bien se trata de una medida populista que pretendiera, por un lado, distraer la atención de la sociedad extremeña de la política de recortes llevada a cabo por el gobierno regional y, por otro, alcanzar el aplauso fácil de una población harta de problemas que acogerá gustosa cualquier decisión que vaya contra los políticos, a los que ahora se atribuye, sin matices, el origen de todos nuestros males.
Respecto de lo primero, soy de quienes creen que, en efecto, se produjo en los años de eclosión autonómica una proliferación de costosos organismos que difícilmente se justificaban por su necesidad. La mayor parte de los diputados regionales son unos perfectos desconocidos para la mayoría de la gente y no parece que el trabajo que llevan sobre sus espaldas se las curve en demasía. Reducir su número, más que un ahorro de importancia, puede constituir un buen ejemplo de austeridad. Desde ese punto de vista, y dado que se mantendría la pluralidad de la cámara, bienvenida sea la propuesta de Monago.
Ahora bien, si lo que en realidad se pretendiera fuera alimentar en la opinión pública un rechazo sin matices a la política y distraerla con maniobras que enmascaran el fondo de los problemas, la propuesta sería de un oportunismo peligroso y, por ello, rechazable. Su autor sabrá cuál es el caso.
Publicado en El Periódico Extremadura