14 de junio de 2012

La propuesta de Monago

ME SURGEN algunos comentarios ante el anuncio del presidente de la Junta de que propondrá a la Asamblea que el número de diputados que la formen en el futuro sea de 45 en lugar de los 65 actuales y que el porcentaje mínimo para participar en el reparto de escaños baje del 5 al 3 %. El primero, de carácter técnico, es que, según se publicó ayer en este periódico, tanto si en el sistema propuesto se mantuvieran las dos circunscripciones actuales (respetando la proporcionalidad ahora vigente en el número de diputados correspondientes a cada una), como si se unieran en una sola, la composición porcentual del nuevo parlamento, partiendo de la distribución de votos de 2011, no diferiría gran cosa de la actual. Ningún partido alcanzaría mayoría absoluta y solo PP, PSOE e IU obtendrían escaños (22, 21 y 2, respectivamente).

'El Periódico Extremadura', 13.06.2012

De otro carácter es la consideración de si la propuesta obedece al convencimiento de que 45 diputados podrían realizar sin merma de la tarea legislativa el trabajo que ahora realizan 65 o si más bien se trata de una medida populista que pretendiera, por un lado, distraer la atención de la sociedad extremeña de la política de recortes llevada a cabo por el gobierno regional y, por otro, alcanzar el aplauso fácil de una población harta de problemas que acogerá gustosa cualquier decisión que vaya contra los políticos, a los que ahora se atribuye, sin matices, el origen de todos nuestros males.

Respecto de lo primero, soy de quienes creen que, en efecto, se produjo en los años de eclosión autonómica una proliferación de costosos organismos que difícilmente se justificaban por su necesidad. La mayor parte de los diputados regionales son unos perfectos desconocidos para la mayoría de la gente y no parece que el trabajo que llevan sobre sus espaldas se las curve en demasía. Reducir su número, más que un ahorro de importancia, puede constituir un buen ejemplo de austeridad. Desde ese punto de vista, y dado que se mantendría la pluralidad de la cámara, bienvenida sea la propuesta de Monago.

Ahora bien, si lo que en realidad se pretendiera fuera alimentar en la opinión pública un rechazo sin matices a la política y distraerla con maniobras que enmascaran el fondo de los problemas, la propuesta sería de un oportunismo peligroso y, por ello, rechazable. Su autor sabrá cuál es el caso.

Publicado en El Periódico Extremadura