21 de julio de 2009

Debiera existir algún límite

ESTA MADRUGADA una mujer falleció en Cáceres tras precipitarse a la calle desde un noveno piso. De la trágica noticia se hacen eco los dos periódicos regionales en su edición digital. En ambos, lectores anónimos hacen unos llamados "comentarios" a la noticia, entre la que se incluía el hecho de que un perrito resultó muerto como consecuencia de la caída de la desdichada mujer.

Pues bien, uno de esos anónimos "comentaristas" ha escrito y ha dejado a la vista de todo el mundo en internet, lo siguiente:

"Jo... pobre perrito".

¿Hay derecho a esto? ¿Qué perversa interpretación de la libertad de expresión permite tal muestra pública de inhumanidad? ¿Cómo es posible que el afán de lucro de las editoras de los periódicos –a más visitas a sus webs más beneficios– prime sobre valores que debieran ser protegidos a toda costa?