MENOS MAL que sólo el Papa, por delegación divina, es infalible cuando habla ex-cátedra. Menos mal que esa extraordinaria prerrogativa de no errar no alcanza a cardenales y obispos; menos mal. Menos mal que cuando el cardenal García-Gasco, arzobispo de Valencia, afirma en la manifestación de hoy (30 de diciembre, ver foto) en Madrid que "nos dirigimos a la disolución de la democracia", puede estar errado. ¿Sin hache?
¿Crisis en el Tribunal Constitucional? Pues que, con la intermediación de Fernández de la Vega, se sustituya por la Conferencia Episcopal. Son los más fieles intérpretes de la Constitución.
En fin, Martín.