ME ENTERO por la prensa de que el Ayuntamiento de Cáceres va a sancionar, o está sancionando ya, a los propietarios de automóviles que coloquen en el interior de sus vehículos pequeños carteles anunciando que éstos se hallan a la venta. Carteles, excuso decirlo, que no molestan a nadie salvo, al parecer, a los vendedores de coches de segunda mano. O sea, que el mismo ayuntamiento que permite que potentísimos altavoces andantes irrumpan en nuestros hogares con aquello de "ha llegado el tapicero, señora" u otras perlas de la publicidad subliminal, agrediendo sin contemplaciones a quien se encuentra tranquilamente en su casa, se muestra celosísimo de que se incumpla cierta ordenanza municipal, cuya ignorancia no incordia a nadie.
Es lástima que los hermanos Álvarez Quintero murieran hace tiempo y no fueran de Cáceres. Hubieran encontrado hoy en nuestra ciudad un filón inagotable para sus sainetes.