RESULTA difícil no estar de acuerdo con la vicepresidenta de la Junta cuando, ante las dificultades existentes para que sean aprobados los presupuestos regionales para el próximo año, afirma que «hay que tener altura de miras política y moral, responsabilidad y humildad». Por mucho que se trate de un enunciado más cargado de buenas intenciones que de verdadero contenido, habrá pocos que lo rechacen.
Pero, claro, es inevitable pensar que ese tipo de actitudes, requeridas justamente ahora, cuando el Partido Popular se ve en apuros en Extremadura, hubieran sido también adecuadas cuando, ante las medidas que el gobierno central se vio obligado a tomar por las circunstancias económicas, lo que hicieron los compañeros de la vicepresidenta, más que «arrimar el hombro», fue poner zancadillas a sus adversarios o, en el mejor de los casos, tumbarse a contemplar el panorama. Esa demanda de «altura de miras», que tan razonable parece, chirría procediendo de donde procede.
Aún resulta más llamativo que al ruego anterior se añada que las presentes dificultades «exigen a todos despolitizar los presupuestos». Tal cual, por disparatado que parezca: despolitizar los presupuestos. Y lo sostiene alguien que milita en un partido y desempeña un cargo de primera línea en un gobierno autonómico. ¿Cómo puede pretenderse que la ley más importante sometida a un parlamento en muchos meses carezca de color, no responda a determinados planteamientos ideológicos? ¿Resultará indiferente de dónde provengan los ingresos públicos, en qué capítulos se disminuya el gasto, qué criterios fiscales se sigan, a quiénes se haga aportar más para la solución de los problemas?
No se trata, claro está, de que en tiempos como lo actuales prevalezcan los «intereses partidistas», si es que fueran opuestos a los de la ciudadanía, sino justamente de que el parlamento sea un reflejo de la pluralidad de la sociedad. Si el Partido Popular, que tanto alardea de su triunfo en las elecciones generales, lo ha olvidado, habrá que recordarle que sus escaños no constituyen mayoría en la Asamblea. Los responsables de la Junta habrán de recurrir a otras medidas y no solo a la formulación de buenos deseos si quieren que sus cuentas salgan adelante.
Publicado en El Periódico Extremadura