Pese a ello, no puedo negar que el resultado de la reciente votación en la Asamblea, a propósito de la dirección de la oficialmente llamada Corporación Extremeña de Medios Audiovisuales me ha dejado bastante… contusionado, si se me permite la expresión. Me ha dejado bastante contusionado porque soy incapaz de encontrar una explicación plausible al apoyo que Izquierda Unida ha prestado para la designación como directora del organismo de una persona claramente vinculada a Veo7, la ruinosa televisión ultraderechista madrileña. Las justificaciones dadas por IU alegando etéreos compromisos del PP me han parecido muy endebles. Firmar declaraciones bien intencionadas está al alcance de cualquiera: todos los seres humanos somos buenos, el bien del prójimo es nuestra meta, etcétera, pero en tanto llevemos esos principios a la práctica, mejor que la vela que vaya por delante sea la que alumbre, habrán pensado los populares.
En conclusión: aunque la audiencia del canal regional sea escasa y su incidencia en la opinión pública irrelevante, me hubiera gustado que al frente de él se hubiera colocado a una persona aceptada por todos. No sé si ese fue el caso de los anteriores directores e ignoro si cuando la designación para ese cargo correspondió al PSOE éste contó con la opinión del PP; si no hubiera sido así, igualmente mal me habría parecido. Pero lo que hace singular este caso es el apoyo otorgado por Izquierda Unida a la propuesta unilateral del Partido Popular, que deja definitivamente a muchos de los votantes extremeños de la formación de izquierdas, tras la abstención que propició el acceso de Monago a la Presidencia de la Junta, sin el más mínimo argumento para mantener su apoyo a la misma en próximos comicios.
Artículo publicado en el periódico Extremadura