7 de octubre de 2007
Prietas las filas
AFORTUNADOS QUIENES no entiendan el encabezamiento de estas líneas. Afortunados, porque Prietas las filas era el himno del Frente de Juventudes, la organización juvenil de Falange Española, el único partido permitido durante la larga dictadura franquista; y no saber de qué iba eso de las filas, ni lo de los “camaradas que fueron a luchar, el gesto alegre y firme el ademán”, es síntoma de haber vivido desde pequeñito en democracia. En las tres o cuatro estrofas del himno de marras (según veo en Internet, no vaya alguien a pensar que me lo sé de memoria) se repetían una y otra vez los mismos vocablos: España, bandera, patria... España, bandera, patria... ¿Les suena? ¿Capta el lector por qué hablo hoy de estas cosas?
En efecto. Lo que escribo viene a cuento de la movida que están organizando Acebes y compañeros mártires con motivo de la próxima celebración del 12 de octubre, festividad a la que no me extrañaría nada volvieran a llamar, para recuperar la denominación tan cara a sus progenitores ideológicos, Día de la Raza. Aunque no; probablemente esté yo exagerando e incluso a ellos eso de la raza les resulte excesivo y se conformen con lo de España una, grande y libre; y las banderas, claro. Quien fuera ministro del Interior de Aznar dice que el objetivo del PP, usando en su propio provecho una festividad cuyo carácter institucional debiera preservarse a toda costa, es lograr una movilización en defensa de la Nación. Así, con mayúsculas. De modo que habrá que suponer que la nación, la española, está en peligro. La acosarán, digo yo, sus enemigos tradicionales: los rojos, los separatistas, los masones, ¿los demócratas...? Y por ello don Mariano, don Ángel y sus huestes se disponen a defenderla. Ungidos por obispos montaraces que ceden sus púlpitos radiofónicos a incendiarios más peligrosos que los chavales que queman unas fotos, se agruparán, prietas las filas, para marchar “cara al mañana que nos promete Patria, Justicia y Pan”. ¡Pues estamos aviados!
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