16 de septiembre de 2007
Quema de fotos
LAS RAZONES SERÁN DIVERSAS, pero parece difícilmente objetable que empieza a cundir un cierto sentimiento antimonárquico en la sociedad española. Especialmente entre sus sectores más jóvenes, que, afortunadamente para ellos, no se ven condicionados, a la hora de enjuiciar a la institución encarnada por don Juan Carlos, por experiencia tan nefasta como la de haber conocido de primera mano la dictadura franquista. Estos jóvenes republicanos actuales son, desde ese punto de vista, mucho más libres que sus padres, acaso monárquicos a la fuerza. Y no se me entienda al pie de la letra.
Que yo sepa no se han hecho encuestas científicamente contrastadas sobre el famoso asunto de la portada de la revista El Jueves, pero si uno diera crédito a ciertos sondeos que se publicaron en internet, la mayoría de los españoles no consideramos que la publicación del dibujo en cuestión constituyera un ilícito penal. ¿A la cárcel por ser autor de la caricatura? ¿Por publicarla? Parece excesivo, creo yo. Como parece excesivo que la Fiscalía de la Audiencia Nacional esté investigando unos incidentes acaecidos el otro día en Gerona, cuando un grupo de jóvenes independentistas quemaron en la calle fotos del rey. Me trae esto a la cabeza aquel mínimo gesto de protesta, infantil si me apuran, que algunos nos permitíamos en la época del invicto caudillo, cuando al poner el sello con su rostro en una carta, lo hacíamos colocándolo cabeza abajo. No se rían, por favor. ¡Un amigo mío pasó tres meses en prisión por llevar en su agenda escrito "aquí nadie come carne, nadie come fruta, y todo por culpa de un hijo... del Ferrol"!
¿Incurriríamos en un delito de injurias si hoy le diéramos la vuelta a un sello? Mucho me temo que tal y como se están poniendo las cosas en la Audiencia Nacional, sería aconsejable que nos lo pensásemos dos veces. Es probable que el monarca, al que no cabe atribuir ni un pelo de tonto, haya recordado en más de una ocasión aquello de "de mis fiscales, digo amigos, me libre Dios, que de mis enemigos me encargo yo".
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